sábado, 22 de enero de 2011

EL FUTURO INTOLERABLE




El futuro intolerable.

Según dicen los estudios, el 95% de la población mundial sigue siendo creyente. A principios del siglo XVI Nicolás Maquiavelo predijo el inicio de un proceso de secularización que, a día de hoy, parece no haber hecho grandes avances. Las guerras de religión, a priori, han desaparecido; no obstante ya advirtió Fukuyama, el gran ideólogo neo-cons, que tras el fin de la Historia, con la derrota del bloque comunista, llegaría la era de las grandes luchas de civilizaciones.

La niña de rojo, entre las reliquias desenfocadas de un sistema imperecedero, aparece ante nosotros en el centro casi exacto de la imagen, llamando poderosamente nuestra atención; y pese a su aparente inmovilismo, resulta la única figura realmente viva en ese momento. Su gesto destaca entre los espectros, en ese entorno fantasmagórico y alienado que aún le es ajeno. Las nuevas generaciones son una ventana abierta al futuro, condicionadas, eso sí, por la tradición: la democracia de los muertos.

La inocencia y la alienación quedan retratadas a la perfección en esta instantánea dinámica y centralizada, que sin embargo recuerda inmediatamente, a toda nuestra generación, al delicado pigmento carmesí de la Lista de Schindler. ¿Una asimilación producto del occidentalismo del autor, o fruto calenturiento de las mentes posmodernistas?


Las mujeres musulmanes atienden a rezos en la víspera del primer día del mes de ayuno islámico de Ramadan en una mezquita en Surabaya, East Java, Indonesia el 31 de agosto de 2008. (REUTERS/Sigit Pamungkas)

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