viernes, 23 de octubre de 2009

SUEÑOS EN LAS ALMOHADAS

De las lejanas tierras del subconsciente, llegan, a través de ojos oscuros, las profundas pasiones de nuestro ser. Navegan, perdidas en el olvido consciente, para, una noche cualquiera, derramarse sobre las mentes sembradas de dudas. Significan un todo comprensible, pero se esfuman con el primer rayo de sol, atrapado entre cortinas de metal azul. Miradas fijas al cerebro, discursos reveladores en bocas vacías, que se mueven sin emitir un sólo ruido, máquinas de la verdad humana plantadas frente a mi, en sueños, una y otra noche, desvelando falsas esperanzas que pronto se desvanecen en la consciencia.

En las lejanas tierras del subconsciente viven, agazapadas e incorpóreas, nuestras más profundas pasiones. Descansan cuando el sol ilumina nuestra vida, cuando la miel roza nuestros labios, y mientras el mundo se despliega ante nuestros pasos. Pero asaltan la cuna de nuestras noches; fingen entretenernos, contarnos historias y cuentos que hacen dormir a los niños, y sin embargo apedrean nuestra consciencia indefensa y desprevenida, dejando a veces cicatrices que trascienden ante los rayos del mediodía. Inundan el alma de dudas ancestrales, estiran la dialéctica de nuestro ser, hasta casi romperla por cualquier lado, someten mi memoria a una inquisición fantasmagórica, irracional e inconsciente. Y al despertar, la sangre de mis lágrimas se vuelve azul, espesa de sueños vertidos y que ya nunca más volveré a ver.

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